La vuelta al trabajo y la lactancia materna

Desgraciadamente en España la baja por maternidad sólo dura 16 semanas, por lo que las madres nos vemos obligadas a incorporarnos al trabajo cuando nuestros hijos todavía reciben como único alimento la rica leche de su madre (por no hablar de lo precoz de la separación tanto para la madre como para el bebé). Y además, lo ideal es que continúen con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, es decir, algo más de 2 meses después de la incorporación al trabajo de la madre.

La extracción de leche con sacaleches es fundamental para mantener la lactancia tras la reincorporación al trabajo.

Esto puede crear gran ansiedad entre las madres que desean continuar lactando a sus bebés aunque se incorporen a sus empleos. Algunas madres pueden solicitar reducciones de jornada, pero otras se ven obligadas a asumir jornadas completas separadas de sus hijos.

Los sacaleches eléctricos dobles suponen un gran ahorro de tiempo.

En este contexto, el sacaleches supone una gran ayuda para mantener la lactancia a pesar del trabajo. En este artícullo le indicamos algunos consejos para preparar la vuelta al trabajo y seguir alimentando a su bebé con lactancia materna.

Acumular provisiones: congelación de la leche materna

Tener leche materna almacenada en casa (congelada) siempre es útil y tranquilizador para cualquier madre lactante. Esto es aún más importante en caso de que no vaya a poder extraerse leche en su lugar de trabajo, ya que la leche que haya congelado los meses previos puede ser administrada al bebé en las tomas en que la madre no está, haciendo innecesario dar una leche de fórmula o adelantar la alimentación complementaria.

Dado que la leche congelada (en un congelador normal, con puerta independiente del frigorífico) dura unos 3 meses (en un congelador tipo arcón, entre 6 y 12 meses), es posible empezar a sacarse leche mucho antes de la incorporación al trabajo para hacer «stock» (consulte el artículo «Almacenamiento y conservación de la leche materna» para leer información más detallada sobre este tema ). Es posible juntar la leche obtenida en distintas extracciones a lo largo de 24 horas para congelarlo todo en el mismo recipiente. Las precauciones que hay que tener para hacer esto son: 1) Lavarse bien las manos cada vez que se vayan a tocar los frascos de recogida de la leche y 2) Refrigerar la leche recién extraída antes de mezclarla con la leche ya refrigerada.

Bolsa para almacenamiento de leche materna

Conviene indicar en los frascos  la fecha en la que se extrajo la leche, para empezar a descongelar primero la leche más antigua.

El acúmulo de provisiones permite además coger experiencia en el uso del sacaleches antes de usarlo en el lugar de trabajo, de manera que llegado el momento la extracción de leche sea una tarea rutinaria, fácil y rápida. Usar el sacaleches es como aprender a conducir un coche: al principio parece muy complicado, faltan manos, se tarda mucho y el coche se cala muchas veces; pero con el tiempo lo haces casi sin pensar. Con el sacaleches pasa lo mismo: las primeras veces suele salir poca leche, después de muchos minutos intentándolo, pero poco a poco una va aprendiendo y con el tiempo resulta fácil y rápido. Por eso no es una buena idea intentar usar el sacaleches por primera vez en el lugar de trabajo, cuando se dispone de poco tiempo y probablemente en un lugar poco apropiado. Para aprender a usar correctamente el sacaleches, lea los artículos «Como usar el sacaleches» y «Consejos para usar el sacaleches.»

Descongelación y administración de la leche

Es conveniente que la persona que va a cuidar al bebé mientras la madre esté trabajando, aprenda las normas básicas de descongelación, manipulación y administración de la leche materna. También es importante asegurarse de que al cuidador le queda claro que usted no desea que al bebé se le administre leche de fórmula (si ése es el caso).

Bebé alimentado con vasito

Para descongelar la leche lo ideal es meterla en la nevera a 4ºC la noche previa para que se descongele poco a poco. Otra opción es descongelarla al baño maría. NUNCA al microondas: destruye parte de los componentes de la leche y aumenta el riesgo de quemaduras al bebé. En cualquier caso, la leche puede administrarse fría, a temperatura ambiente o (como máximo) a 37ºC, que es la temperatura con la que sale del pecho, y a la que el bebé está acostumbrado. La persona que manipule la leche debe haberse lavado las manos previamente. Cuando la leche está fría, la grasa queda flotando en la parte de arriba. Al calentarla es necesario mover suavemente el recipiente que contiene la leche para que se mezcle bien la grasa con el resto de la leche. Una vez descongelada, la leche debe consumirse en 24 horas. En caso contrario, debe tirarse, y nunca volver a congelarla.

Los bebés pueden tomar la leche mediante jeringa, vasito, cucharita o biberón. El biberón suele ser el método mejor aceptado por los cuidadores, pero en el caso de bebés de pocos meses de edad, puede ocasionar la llamada confusión del pezón y hacer que no se agarren bien al pecho. Esto es tanto más frecuente cuanto más pequeño es el bebé, de manera que los bebés mayorcitos aprenden a tomar biberón y teta sin problemas. Los otros métodos (vasito, jeringa, cucharita) no ocasionan confusión del pezón, aunque con el vasito se derrama algo más de leche. La leche que ha entrado en contacto con la saliva del bebé debe tirarse y no guardarse para otras tomas.